El progreso material es de muchas maneras
provechoso y útil, pero debemos también progresar espiritualmente. Esto no
quiere decir que uno se haga necesariamente budista, puede seguir otra religión
o creencia, pero la clave es aumentar las cualidades humanas básicas. En todas
las religiones el amor y la compasión son muy importantes. Todas las religiones
enfatizan estas cualidades y debemos aumentarlas individualmente. Y al hacerlo
lograremos la genuina felicidad.
No hay talento
completo que no incluya la totalidad de las cualidades humanas básicas.
Para cultivarnos y
desarrollarnos es importante un florecimiento psicológico perfecto; esa es la
única fuente de la felicidad genuina
La
contemplación y la meditación budista nos permiten incrementar nuestra
felicidad durante las actividades
cotidianas, lidiar con las dificultades en calma y con la reacción adecuada.
La felicidad genuina emana del fuero interno del
individuo, de una actitud que trascienda incluso la inestabilidad de nuestro
mundo
"
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