Como quisiéramos
que nuestros niños pudieran sentarse pacíficamente a jugar con sus carritos, sus muñecas o
simplemente que se quedaran en el jardín
observando las nubes, imaginando sus
formas.
Sabemos de la felicidad que nosotros sentíamos cuando éramos
niños y pasábamos una tarde apacible.
Sin
necesidad de recurrir a los grandes tratados acerca de la felicidad, nosotros la hemos
experimentado y sabemos que, generalmente, un momento pacifico nos hace sentir así.
¿por qué?
Bueno, los grandes maestros, especialmente los de las tradiciones contemplativas, explican que la mente tiene cualidades innatas que producen felicidad, pero que debido a nuestros estilos de vida las hemos olvidado, ya no
las practicamos. Esas cualidades se desarrollan al mantener estados de relajación
y atención dirigida por periodos de tiempo.
Sería muy difícil explicar esto en
unas cuantas líneas de este blog, ya que para comprender ese estado mental es necesario experimentarlo una y otra
vez. Y precisamente de esto se trata el taller "El niño atento". De poner en práctica y aprender técnicas muy lindas que Susan Kaiser ingeniosamente adaptó como medios hábiles para llevar a los niños y
a los adultos a este entendimiento y así practicándolos una y otra vez lograr
la transformación mental necesaria para abordar
las situaciones complicadas que generalmente existen en la vida.
Susan Kaiser
ha visitado en dos ocasiones México con el objetivo de impartir este seminario, en Guadalajara y en el DF, y fuimos afortunados en aprender estas técnicas
con ella, las hemos puesto en práctica
durante tres años con los grupos
de atención plena en Casa Tíbet México sede Saltillo, con resultados muy
favorables. Esto nos anima a compartirlas
con los educadores, maestros, psicólogos y sobre todo con los padres de
familia.
Necesitamos niños y niñas felices; capaces de desarrollar todos sus
potenciales, para hacer de este lugar un mundo mejor.
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