por : Mario A.
para sanghasaltillo.blogspot.com
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Luego de muchos años pudimos contar con la presencia en Saltillo del Maestro Tsultrim Sangpo, un ejemplar Lama oriental. No digo tibetano porque nació en Nepal, pero como si lo fuera, aunque él mismo mencionó en algún momento que su manera de hablar el tibetano es poco refinado. Seguramente, esa sutil diferencia fue imperceptible para los que tuvimos la fortuna de asistir al seminario o a la conferencia que impartió en Saltillo, la única que puede darse cuenta de ello fue Daniela Labra, su traductora personal que, dicho sea de paso, es una practicante ejemplar, pues a pesar de que en esta ocasión no estaba del todo bien de salud se mantuvo siempre ahí, atenta, realizando el mejor de sus esfuerzos y un trabajo inigualable en materia de traducción directamente del tibetano al español, me parece que todos los que tuvimos la oportunidad de estar en este evento nos quedamos sorprendidos de ver la agilidad mental de Dani, además de la atención que se requiere para realizar un trabajo de esta envergadura.
Respecto a la enseñanza, algunos pudieron notar (por el lenguaje del maestro) que estuvo dirigido a personas que conocen de Budismo y lo practican. (Aquí radica la importancia de tomar la enseñanza semanal). En estos casos el entendimiento se vuelve más claro dependiendo del estudio y práctica de cada uno de nosotros, sin olvidar que esto solo es posible gracias a nuestro maestro Tony Karam quien se esfuerza mucho por transmitirnos y traducirnos el Dharma en la forma más pura posible. Es en este tipo encuentros con maestros orientales que podemos ver cómo es que Tony ha planificado con gran detalle todo el programa de educación continua de Casa Tíbet México.
Saben, no están ustedes para leerlo ni el que escribe esto para contarlo, pero el Lama se fue muy contento de haber conocido Saltillo, pues dijo que la ciudad está muy limpia y que el aire se siente muy cristalino y la atmósfera brillante. A él en particular le gusta más el clima fresco venía muy cansado por su viaje desde la frontera, le cayó de maravilla su estancia aquí. Le encantó la gompa dijo que ese espacio con el que contamos es muy propicio para la práctica y lo repitió en varias ocasiones.
Para muchos de los asistentes al seminario de "Las 37 practicas de los Bodhisatvas", que por cierto estuvo de lujo, pues Lama Tsultrim tiene una manera muy bonita de compartir sus conocimientos de Dharma, entrando en detalles de sus explicaciones, pero a la vez haciendo sus comentarios muy sencillos para que personas como nosotros, de nivel inicial, podamos comprender, aunque sea superficialmente, las ideas tan bastas y profundas que intenta compartirnos.
¿Histórico? Se preguntará más de uno, pues si, pues como se mencionó unas líneas más arriba tuvieron que pasar ocho años para que un monje visitara nuestra sangha y bueno yo y otros compañeros fuimos muy afortunados de tener la oportunidad de poder obsequiar parte de nuestro tiempo y nuestro trabajo para que pudiera realizarse el evento que, salvo algunos detallitos naturales, salió maravillosamente bien; hasta compañeros de Monterrey se dejaron venir para ver al Lama. Bueno también hay que reconocer que les encanta andar en la punta del mitote, pero así somos, nos apoyamos mutuamente ambas sanghas y les agradecemos infinitamente su valiosa presencia.
Me parece prudente alzar un agradecimiento público al enorme esfuerzo y la noble tarea de Dani como traductora y bueno también cabe ampliar el agradecimiento a todos los voluntarios de Casa Tíbet México sede Saltillo por su valiosísima participación, pues sin su trabajo jamás hubiera sido posible la realización del histórico evento para la Sangha Saltillo.
La invitación para genuinamente tomar refugio en la Triple Joya y continuar practicando el dharma está hecha, también para que continuemos trabajando para lograr una sangha de verdaderos guerreros espirituales que podamos ser ejemplo de bondad, compasión, entrega y trabajo para los compañeros, pero también para la sociedad en la que vivimos, pues de nada sirve que acumulemos conceptos sofisticados si al final del día no los ponemos en práctica.
El exhorto es precisamente aplicar todo lo que nuestros maestros y los maestros de éstos y así hasta el inicio del linaje y el propio Buda, se han preocupado por enseñarnos: a domar al más poderoso y sutil de los enemigos, nuestro propio ego.
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